9 Comentarios

Un texto exquisito, de esos que invitan a debatir y forjan ideas que al ser cuestionadas dan paso a otras.

Noto, quizá por el optimismo que me acompaña desde años pasados, un ligero sesgo hacia que la vida, la realidad, son crueles, ásperas, complejas y que el ejercicio de pensamiento debe apuntarse hacia esa dirección.

Cuando la misma naturaleza de las cosas, como la he concebido para no enloquecer, es dual, y aunque haya cosas que no entendamos en su profunidad no nos exime de disfrutarlas y gozarlas al máximo, ni de sufrirlas cuando es la ocasión.

Es cierto que ha habido, desde el auge de la psicología positiva, esta tendencia a que todo se puede resolver con las frases motivacionales de moda, tampoco me parece lo más lógico (quizá aunque sea lo más razonable) el tratar de explicar todo hasta dejar el disfrute de lado de las cosas que en su simplicidad pueden infundirnos gran felicidad.

Muchas gracias, aún me queda mucho por reflexionar y cuestionar.

Expand full comment
author

Puede que en algunos de mis artículos se desprenda un ápice de aspereza, pero intento atribuirla, más bien, a la dificultad inherente al hecho de pensar. De hecho, coincido contigo en que el pensamiento, el conocimiento, debería tomarse como un camino hacia la felicidad; no en el sentido del pensamiento positivo, de la autoayuda de los últimos años, sino tomándolo como una herramienta para forjar una mente inquisitiva, tenaz, constructiva, que pueda construir los cimientos de una mirada esperanzadora tanto sobre la propia existencia como sobre el devenir social.

Muchas gracias por sacar a colación ese punto y por darme que pensar sobre ello, porque en el futuro me interesaría hablar sobre esas relaciones (y sus equívocos). Un saludo cordial, Josue.

Expand full comment

Gran texto, Emi. Pensar ha de incomodarnos, por definición. Debe producirnos vértigo, inquietud y, como mucho, una rara paz siempre alerta y cuestionada. Nunca definitiva. Aunque en gran medida creo que Descartes amañó el discurso, premeditando las conclusiones que acabaría extrayendo y que no se deducen formalmente de su voraz duda. Mucho más honesto me ha parecido siempre el bueno de Hume que llevó hasta las últimas consecuencias la duda cartesiana, hasta alcanzar la epojé de Pirrón y Sexto empírico, aquella “barren rock” con la que el escocés describiría su ignorancia más profunda y desesperada. Hasta el punto de que renunció a convertirse en el Newton de la moral que había anhelado ser. Si pensar no trastoca nuestros sueños y aspiraciones entonces no es pensar. Gracias.

Expand full comment
author

Bueno, hasta donde sé Descartes intuyó las posibles consecuencias de llevar su duda hasta el final y «reculó» en sus teorías (de ahí la inclusión del genio, etc.), así que, hasta cierto punto, comprendo la imposibilidad de desarrollar sus ideas hasta las últimas consecuencias.

Dicho esto, coincido plenamente en la tesis de que el pensamiento —casi por necesidad— es doloroso, complejo, arduo; si no, ¿de qué sirve? Puede parecer contradictorio y algo disuasorio, pero pienso que los placeres que aporta superan con mucho esas dificultades.

Muchísimas gracias por iluminar esa parte del artículo con tu comentario, Javier. Un abrazo.

Expand full comment

Por supuesto, pensar es un acto activo. Buenas reflexiones

Expand full comment
author

Gracias, Salvador, me alegro de que te haya gustado. Un saludo.

Expand full comment

Gracias por tu reflexión, Emi. Como siempre, me activa la sinapsis, las neuronas del pensamiento.

En este mundo que habitamos, que parece estar especialmente cada vez más atraído por soluciones superficiales y promesas de felicidad instantánea, tu referencia al texto de Descartes es un recordatorio poderoso de la importancia de cultivar un pensamiento crítico y fundamentado.

Estoy de acuerdo contigo en que la verdadera comprensión del mundo y de nosotros mismos no se alcanza a través de atajos o ilusiones reconfortantes, sino a través de un proceso riguroso de cuestionamiento y reflexión. Es cierto que, en nuestra búsqueda de serenidad y felicidad, a veces caemos en la trampa de soluciones simplistas que, aunque tentadoras, no nos ofrecen un entendimiento real y duradero de la vida.

Tu carta me inspira a seguir valorando el esfuerzo de pensar de manera profunda y a recordar que, como bien mencionas, «pensar no es un acto pasivo», es una invitación a no conformarse con lo fácil, sino a seguir explorando, cuestionando y aprendiendo, a pesar de las dificultades que ello conlleve.

Agradezco que me hagas reflexionar y recordar la importancia de trabajar en el conocimiento y en resaltar que, en última instancia, es este esfuerzo el que nos permite vivir con mayor conciencia y autenticidad.

Gracias por estar. ❤️

Expand full comment
author

Como siempre, gracias a ti, Jaime, por aportar tu visión y opinión a los temas que trato.

Me gusta pensar en el aprendizaje como un camino, que puede que sea (y es, de hecho) arduo, pero en sí mismo crea su propia recompensa. Tanto Descartes como muchos otros pensadores (Spinoza, al cual admiro mucho) son de la opinión de que el conocimiento solo puede adquirirse mediante «sacrificios», si es que tales pueden considerarse el estudio, el aprendizaje y la reflexión. Si bien existen matices al respecto, en general me parece una postura honesta y adecuada, que en el fondo solo redunda en nuestro beneficio a la hora de afrontar la vida, con sus dificultades y placeres, para ser más conscientes de todo ello.

Seguro que seguiremos hablando de todo ello en el futuro, así que espero tenerte aquí comentando, Jaime, para que podamos argumentar sobre ello.

Un abrazo.

Expand full comment

Descuida Emi. Por aquí me tendrás. Estoy enganchado a Auto(des)conocimiento. 😉

Expand full comment