Me gusta esa distinción entre obtener información - para lo que ayuda la IA - y obtener sabiduría que es un proceso espiritual con el motor de la curiosidad.
Puede que la IA haga a la sabiduría el mismo daño que la comida rápida a la gastronomía?
Una parte (¿la boomer?) de mí piensa algo similar; otra, quizá más esperanzada, confía en que en última instancia la parte humana pueda encauzar las infinitas posibilidades que abre esta tecnología para ayudar de verdad a una generación de saberes.
Me has hecho pensar en los tipos de razonamientos que empleamos para conocer la compleja realidad y cómo la IA está intentando emularlos. La vieja IA (GOFAI) adoptaba el enfoque deductivo a partir de reglas previamente definidas (como en los Sistemas Expertos), pero su limitación era muy fuerte en cuanto el contexto era de incertidumbre y fuera de una actividad específica (IA estrecha). El paradigma cambió totalmente con la aproximación de las redes neuronales que es fundamentalmente inductiva: inferir a partir de un volumen ingente de datos posibles patrones no explícitos para predecir a partir de ellos lo que ha de venir (por ejemplo, el siguiente trozo de palabra (token) dado un texto previo (ventana de contexto) en el caso de chatGPT). A la IA, sin embargo, todavía se le resiste el razonamiento abductivo del que hablara Peirce, el que es capaz de generar hipótesis, "conectar" ideas de forma razonablemente creativa para formular estos intentos hipotéticos por construir nuevo conocimiento. Aunque las aproximaciones son prometedoras.
Sobre el reemplazo, es una vieja "profecIA" que se renueva ahora (https://jajugon.substack.com/p/el-vertigo-del-desempleo-tecnologico). Está por ver si el trabajo que creará a este ritmo tan fugaz será del mismo volumen del que destruya. En la primera revolución industrial tardaron décadas en generarlo y la gente sufrió.
Por otro lado, creo que la interacción humano-máquina va a dar mucho juego. Potenciará la capacidad de quienes sepan adaptarse, a modo de asistente o copiloto (brindis por el marketing de Microsoft); y para ello las capacidades intuitivas, creativas y de pensamiento crítico seguirán siendo claves, bastiones donde todavía marcaremos la diferencia. Al menos durante un tiempo :)
La posibilidad, como apuntas, de que la IA llegue a poder establecer conjeturas y emular así el proceso de razonamiento humano es algo apasionante, sin duda.
Creo que sobre esto hay mucha expectación, pero poco debate «filosófico» al respecto, ya que, sin querer insinuar hipótesis catastrofistas, hay todo un abanico de posibilidades que afectarán de manera radical muchas de las asunciones (en todos los campos) que tenemos actualmente.
Gracias por aportar estos datos y darle vida al texto más allá de mi visión, Javier. Un saludo.
Me gusta esa distinción entre obtener información - para lo que ayuda la IA - y obtener sabiduría que es un proceso espiritual con el motor de la curiosidad.
Puede que la IA haga a la sabiduría el mismo daño que la comida rápida a la gastronomía?
Una parte (¿la boomer?) de mí piensa algo similar; otra, quizá más esperanzada, confía en que en última instancia la parte humana pueda encauzar las infinitas posibilidades que abre esta tecnología para ayudar de verdad a una generación de saberes.
Me ha gustado mucho tu comparación culinaria… 😁
Me has hecho pensar en los tipos de razonamientos que empleamos para conocer la compleja realidad y cómo la IA está intentando emularlos. La vieja IA (GOFAI) adoptaba el enfoque deductivo a partir de reglas previamente definidas (como en los Sistemas Expertos), pero su limitación era muy fuerte en cuanto el contexto era de incertidumbre y fuera de una actividad específica (IA estrecha). El paradigma cambió totalmente con la aproximación de las redes neuronales que es fundamentalmente inductiva: inferir a partir de un volumen ingente de datos posibles patrones no explícitos para predecir a partir de ellos lo que ha de venir (por ejemplo, el siguiente trozo de palabra (token) dado un texto previo (ventana de contexto) en el caso de chatGPT). A la IA, sin embargo, todavía se le resiste el razonamiento abductivo del que hablara Peirce, el que es capaz de generar hipótesis, "conectar" ideas de forma razonablemente creativa para formular estos intentos hipotéticos por construir nuevo conocimiento. Aunque las aproximaciones son prometedoras.
Sobre el reemplazo, es una vieja "profecIA" que se renueva ahora (https://jajugon.substack.com/p/el-vertigo-del-desempleo-tecnologico). Está por ver si el trabajo que creará a este ritmo tan fugaz será del mismo volumen del que destruya. En la primera revolución industrial tardaron décadas en generarlo y la gente sufrió.
Por otro lado, creo que la interacción humano-máquina va a dar mucho juego. Potenciará la capacidad de quienes sepan adaptarse, a modo de asistente o copiloto (brindis por el marketing de Microsoft); y para ello las capacidades intuitivas, creativas y de pensamiento crítico seguirán siendo claves, bastiones donde todavía marcaremos la diferencia. Al menos durante un tiempo :)
La posibilidad, como apuntas, de que la IA llegue a poder establecer conjeturas y emular así el proceso de razonamiento humano es algo apasionante, sin duda.
Creo que sobre esto hay mucha expectación, pero poco debate «filosófico» al respecto, ya que, sin querer insinuar hipótesis catastrofistas, hay todo un abanico de posibilidades que afectarán de manera radical muchas de las asunciones (en todos los campos) que tenemos actualmente.
Gracias por aportar estos datos y darle vida al texto más allá de mi visión, Javier. Un saludo.